Un milenio viviendo de la naturaleza
Siendo una nación isleña, el pueblo feroés siempre ha vivido íntimamente con la naturaleza que lo rodea. A lo largo del último milenio, se ha forjado una cultura orgullosa basada en las destrezas y el conocimiento necesarios para sacar el mayor provecho de los limitados recursos locales.
Durante más de mil años los feroeses han sobrevivido en base a la cría de ganado vacuno y ovino, la pesca y la caza de aves marinas y calderones comunes. La vida era dura, se tenía que aprovechar al máximo todo lo que podía rendir la naturaleza con los medios disponibles y las destrezas desarrolladas.
El clima feroés puede ser duro e inclemente. Sin embargo, las tormentas, lluvias torrenciales y olas gigantescas nunca quebrantaron el espíritu del pueblo que habita en este archipiélago.
A los feroeses siempre se les ha conocido por su valentía. Se colgaban de altos acantilados para recolectar huevos de aves marinas sin más seguridad que una cuerda alrededor de la cintura; se lanzaban a pescar en las fuertes marejadas en pequeños botes de remos; y arreaban ovejas por las laderas empinadas y resbalosas de las montañas.
Cuando avistaban una manada de calderones comunes la arreaban a una bahía, donde quedaba varada, y la mataban. La carne y la grasa se distribuían entre todos los que participaron en la faena, así como todos los pobladores locales, para que cada uno tuviera que comer. Aun ahora, los calderones comunes se capturan y comparten entre los pobladores de las Islas Feroe de la misma manera.
La mayoría de estas tradiciones de caza de larga data se mantienen vivas en las Feroe. Los feroeses siguen teniendo una relación muy estrecha con la naturaleza y valoran mucho la calidad de vida y los lazos de comunidad que esta conexión permite mantener.
Muchos feroeses, independientemente de profesión u ocupación, siguen criando ovejas, cazando aves y participando en la caza de calderones comunes. En estos tiempos modernos, esas formas de producción de alimentos tradicionales aún constituyen un aporte importante a la economía del hogar.
Si los feroeses no mantuviesen estas conexiones con sus propios alimentos se tendría que importar mucho más, lo cual conllevaría un impacto ambiental considerable por los combustibles que se necesitarían para la importación.